Celebramos EN CASA, con los chicos, el DOMINGO 33º durante el año


 1. Preparemos nuestro altarcito familiar. En el momento más oportuno, el SÁBADO POR LA TARDE o el DOMINGO, nos reunimos en familia para celebrar EL DÍA DEL SEÑOR.

+ Vemos el siguiente videíto: 


2. Escuchamos ahora esta canción y la conversamos con los chicos...

Si tienes algún talento no lo vayas a enterrar,
que Jesús está contento cuando lo haces prosperar.

Por cuestiones de trabajo un señor debió partir, y llamando a sus criados él se quiso despedir. Los reunió por un momento, les habló con claridad; repartiendo sus talentos exigió prosperidad. 

Todos algo recibieron según su capacidad, pero todos no entendieron su confianza y amistad. 
Uno de ellos tuvo miedo de perder su capital, y enterrando su talento se detuvo a descansar. 

Fue difícil el reencuentro, con temor iban los tres. "Aquí traigo sus talentos. de los cinco tengo diez". “De los dos que usted me ha dado, otros dos yo conseguí". 'Dios bendiga con agrado lo que ustedes traen aquí". 

Acercándose el tercero. su talento devolvió. "Yo señor le tuve miedo y enterré lo que me dio ". "Si sabías que cosecho de la tierra sin sembrar, por habernos hecho esto, deja todo y vete ya". 

En el día del reencuentro nuestro Padre nos dirá: “¿Dónde has puesto mis talentos? Quiero verlos ¿Dónde están?" Y si en algo han mejorado el Señor nos premiará; nos tendrá siempre a su lado como amigo de verdad. Si tienes algún talento no lo vayas a enterrar, que Jesús está contento cuando lo haces prosperar.

3. Podemos escuchar las LECTURAS DE LA PALABRA DE DIOS y el COMENTARIO DEL P. Justino en esta grabación, o bien MAÑANA unirnos espiritualmente a la CELEBRACIÓN DE LA MISA EN NUESTRA COMUNIDAD (a la noche les enviamos el VIDEO...)

4. Presentamos nuestra oración

 A cada intención respondemos: Escúchanos Señor de la esperanza.”.

- Por la Iglesia guiada por nuestro Papa Francisco, para que nos ayude a hacer fructificar los talentos que Cristo ha depositado en nosotros. Oremos. 

- Por los pueblos del mundo, para que erradiquen las tinieblas del odio y la mentira para que así resplandezca la luz del encuentro y la verdad. Oremos. 

- Por los desesperanzados, para que descubran el valor de la ayuda de sus hermanos para superar su situación. Oremos. 

- Para que la IV Jornada Mundial de los Pobres propuesta por Francisco nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad ante las necesidades de los más pobres y así les tendamos nuestra mano. Oremos. 

- Por todos nosotros, que esperamos confiados la venida del Señor, para que juntos caminemos hacia su encuentro para construir un mundo mejor. Oremos. 

Quien lo desee, puede agregar intenciones. 

Después, quien anima la oración, dice: 

Concluyamos nuestra celebración en familia, diciendo juntos la oración que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro que estás en el cielo… 

G: Oremos. Padre, que confías en las manos del hombre todos los bienes de la creación y de la gracia, haz que nuestra buena voluntad multiplique los frutos de tu providencia; haznos siempre trabajadores y vigilantes mientras esperamos tu regreso, con la esperanza de sentirnos llamados servidores buenos y fieles, y así entrar en la alegría de tu reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Rezamos por la IV Jornada Mundial de los pobres 

Este domingo se celebra la IV Jornada Mundial de los pobres bajo el lema “Tiende tu mano al pobre”. Uniéndonos a la invitación que nos hace el Papa Francisco les proponemos rezar la oración compuesta especialmente para esta ocasión. 

Oh Dios Padre, creador y amante de la creación, justo y providente con todos tus hijos, en el dramático momento que estamos viviendo a causa de Covid-19, nos abandonamos con confianza en tus brazos de bendición, aceptando tu invitación a tender la mano al pobre, que lleva tu imagen impresa en sí mismo. 

Te damos gracias por las manos tendidas del personal sanitario, de los administrativos, de los sacerdotes, de los voluntarios, de todos los que trabajan para ofrecer servicios esenciales a los que carecen de lo necesario. 

Convierte a quienes siguen teniendo las manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza, de la que a menudo son también cómplices. Transforma sus manos en instrumentos de justicia y de paz para todo el mundo. 

Oh Señor Jesús, que has revelado de estar presente en tus hermanos más débiles, recuérdanos que los pobres están con nosotros para ayudarnos a acoger Tu compañía en la vida cotidiana. 

Oh Espíritu Santo, sacúdenos la indiferencia, no nos dejes nunca tranquilos y continúa a estimularnos al bien. Haznos reconocer y amar a Jesús en el rostro de los pobres. 

Oh Santísima Virgen María, Madre de Dios, guarda en Tu corazón a los pobres, tus hijos predilectos, y transforma nuestra mano tendida en un abrazo de comunión y de renovada fraternidad. Amén. 

Quien anima la oración, invocando la bendición de Dios, y santiguándose, dice: 

El Señor nos bendiga, nos defienda de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. 

Y todos responden: Amén. 

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