Celebramos EN CASA con los chicos EL DOMINGO 32º DA-A


1. Preparemos nuestro altarcito familiar.
En el momento más oportuno, el SÁBADO POR LA TARDE o el DOMINGO, nos reunimos en familia para celebrar EL DÍA DEL SEÑOR.

+ Vemos el siguiente videíto: así eran las "bodas" en los tiempos de Jesús...

2.En este domingo, el día del Señor, reconociendo que necesitamos su perdón y su paz, manifestemos nuestro arrepentimiento:

Todos hacen un breve momento de silencio, y a continuación dicen 

G: Tú, que nos convocas a estar atentos a tus llamados. Señor, ten piedad Todos: Señor, ten piedad.

G: Tú, que nos quieres perseverantes en la espera de tu venida. Cristo, ten piedad. Todos: Cristo, ten piedad.

G: Tú, que nos invitas a la fiesta eterna del amor y la comunión. Señor, ten piedad. Todos: Señor, ten piedad.

G: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Todos: Amén. 
3. Podemos escuchar las LECTURAS DE LA PALABRA DE DIOS y el COMENTARIO DEL P. Justino en esta grabación, o bien MAÑANA unirnos espiritualmente a la CELEBRACIÓN DE LA MISA EN NUESTRA COMUNIDAD (a la noche les enviamos el VIDEO...)

4. ¿Qué quiere decir Jesús con este relato?   Varias cosas:

- El reino de Dios será una gran fiesta para celebrar el amor y la comunión.

- Jesús enseña que habrá un tiempo de espera antes que instaure su reino durante el cual muchos se van a cansar y la fe va a estar puesta a prueba.

- Enseña también que los que quieran ser sus discípulos tendrán que estar atentos y ser perseverantes.

Y algo más. Nos llama la atención en el relato la negativa de las jóvenes prudentes de compartir el aceite con las que no tenían. ¿Qué significa el aceite y la lámpara encendida y por qué no se pueden compartir?

- Simbolizan la gracia y la vida nueva en Cristo que cada uno debe querer recibir y vivir y que nadie puede recibir y vivir por nosotros simplemente porque son una opción personal.

- Significan estar atentos a Cristo que viene en la Palabra, los sacramentos, los pobres y los que sufren.

Que vivamos siempre con la lámpara encendida, atentos y vigilantes para responder a la invitación del reino, que Cristo ofrece a los que quieren ser sus discípulos.

Para concluir este momento de reflexión: 
Podemos ver de nuevo el video del comienzo... ¡pero ahora cantando! (karaoke!!!)

5. Presentamos nuestra oración

 Con la lámpara de la fe encendida, presentemos al Señor nuestras necesidades. A cada intención respondemos: Escúchanos Señor de la esperanza.”.

Por la Iglesia, para que lleve a todo el mundo la luz de la esperanza que nos ayude a estar atentos esperando al Señor con lámparas encendidas. Oremos.

Por todos los científicos que están trabajando en búsqueda de las soluciones para superar esta pandemia, para que puedan poner todo su conocimiento al servicio de la humanidad, especialmente de los más frágiles de la sociedad. Oremos.

Por todos los enfermos en el cuerpo y en el alma, para que el Señor los sostenga en la esperanza y los conforte en el dolor. Oremos.

Por los que están sin trabajo, por los que no tienen techo, para que no pierdan la esperanza puesta a prueba en este difícil tiempo. Oremos.

Por nosotros que queremos celebrar el banquete definitivo junto a Jesús, para que nos mantengamos firmes en la fe y fieles a la misión que el mismo nos confió. Oremos.

Quien lo desee, puede agregar intenciones.

G: Oremos. Dios nuestro, tu sabiduría va en busca de todos los que oyen tu voz; hacenos dignos de participar en tu banquete, y ayudanos a alimentar el aceite de nuestras lámparas, para que no se apaguen en la espera, sino que cuando vengas, estemos preparados a correr a tu encuentro, para entrar con Vos en la fiesta de boda.  Amén.

6. Concluyamos nuestra celebración en familia, diciendo juntos la oración que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro que estás en el cielo… 

G: Oremos. Dios, Padre nuestro: te pedimos que tu gracia y tu luz nos acompañen siempre, de modo que estemos dispuestos a obrar en todo momento con justicia y con amor. Quédate entre nosotros y haz que siempre sepamos reconocerte presente en las personas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 

Quien anima la oración, invocando la bendición de Dios, y santiguándose, dice: 

El Señor nos bendiga, nos defienda de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. 



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